Aztecs and Divination/Aztecas y Divinación

Divination among the Aztecs.

The Aztecs had many forms of divination. The priests, to determine the future, practiced all: casting maize kernels, looking into mirrors or bowls of water, tying and untying knots. The one held in highest regard was astrology.
The Aztec calendar system was actually two calendars that intermeshed: the seasonal year with 18 months of 20 days each (360 days plus 5 days ‘out of time’ days), and the Divination calendar of 260 days or 20 sections of 13 days.
The Tonalamatl (Book of Days) was consulted by the priests to determine auspicious days for important events. This book was a ritual almanac based in the Aztec Divination Calendar. Each day had a name, number. bird and a day and a night patron deity. The Book of Days was consulted for births, deaths, marriages, declaring war, choosing the name of a new born or predicting his future, long journeys and all kinds of events in private or public life. The Tonalamatl Book itself was seen as a mirror and one would come to the priest and ask to see the “one’s own reflection” in a particular matter.
This was a highly complicated system of symbols, numbers and deities that constituted the Aztec Calendar. Only the astrologer priests could divine and coordinate the ritual ceremonies associated with each day of the year.
The Aztec people spent every day of their lives either in ceremony or in preparation for ceremony with the exception of the last days of the year, which were considered unlucky and then everybody kept out of sight.
 

La Adivinación entre los Aztecas.

Los Aztecas tenían muchas formas de adivinación. Tirando granos de maíz, reflejándose en espejos o palanganas de agua, haciendo y deshaciendo nudos, todas prácticas por los sacerdotes para predecir el futuro, considerando la astrología la forma más alta de todas.   
El sistema de calendario de los Aztecas era en realidad dos calendarios que se entrecruzaban: el año estacional de 18 meses de 20 días cada uno (360 días más 5 días ‘fuera de tiempo’), y el calendario de Adivinación de 260 días o 20 secciones de 13 días.
El Tonalamatl (Libro de los Días) era consultado por los sacerdotes para determinar los días mas propicios para los eventos de importancia. Este libro era un almanaque de rituales basado en el calendario de Adivinación. Cada día tenía un nombre, un número, un pájaro y una deidad diurna y una nocturna. Este libro se consultaba para nacimientos, muertes, matrimonios, declaraciones de guerra, selección de nombre para recién nacidos o para predecir su futuro, para viajes y todo evento en la vida privada o pública. El Libro Tonalamatl en sí era considerado como un espejo y uno acudiría al sacerdote para pedir “reflejar la imágen de uno mismo” en una cuestión en particular.  
El calendario Azteca era un complicado sistema de símbolos, números y deidades. Sólo los sacerdotes astrólogos eran capaces de  coordinar los ritos ceremoniales asociados con cada día del año.
Los Aztecas pasaban su vida ya sea en ceremonia o preparándose para una ceremonia, excepto los últimos días del año cuando todo el mundo se escondía porque eran días de mala suerte.